jueves, 24 de marzo de 2011

Miss erasmus


Recorría con tacones la biblioteca de la facultad,
debía cursar primero,
maquilladas hasta las uñas,
en mi discman aunque tu no lo sepas
en mi mesa apuntes prestados.

Se movía como le marcaban sus caderas
era pez en el agua por el pasillo y la escalera
no se le daban bien otras  materias,
pero con matrícula debía superarme
en asignaturas que no se cursan en la escuela.

Bajaba a la copistería  muy a menudo
y se saltaba las clases por fumar cigarrillos.
Frente al mar, dibujaba  la sombra
de su delgada y recta espalda sobre la arena,
sentada, como si el tiempo no corriera.

Aquel día de marzo de dos mil seis
le escribí en el margen del cuaderno
algunas letras con una sobriedad inusual,
hoy las modifique ebrio de soledad
publicándolas a sabiendas que nunca las leerá.

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