viernes, 30 de noviembre de 2012

Se llamaba Ángel



Se llamaba Ángel y era el diablo
ataviado con ropas de mendigo,
sorprendido a los pies de un retablo
jugando al póker con el enemigo.

Se llamaba Ángel y era el rapsoda

que lloraba tinta por los suburbios,
adulterando un wiski sin soda
con lunas heladas y pasados turbios.

Se llamaba Ángel y era mi hermano.

Asceta bastardo del Simbolismo.
Profeta en tierra de Benamejí.

Hoy amaneció más temprano,

y antes que cayera otro día al abismo
quemé mi guitarra pensando en ti. 



Antonio Carbellido