jueves, 28 de julio de 2011

Quique Gonzalez. En el disparadero




Volveré a los sitios donde nunca he estado
secará los libros de la estantería,
ya no habrá lolitas entrando al mercado
ni la última copa para el pianista.

Con la conciencia tranquila
con la rabia precisa
miro a todos lados.
Con la conciencia tranquila
aunque la policía
nos esté esperando.

Cruzaré despacio toda la avenida
tiraré las piedras contra mi tejado
abrirán las chicas la peluquería
cerrará la noche a los desheredados.

Con la mirada perdida 
entre las dos esquinas
de tu pelo largo,
la madrugada dormida
en la comisaría
de tus ojos claros.

A las tres de la mañana fuera de control
y después en el disparadero.
A las tres de la mañana en tu contestador
nunca paso por un caballero.

Volveré a los sitios donde nunca he estado
como vuelvo siempre al punto de partida,
vendo corazones de segunda mano
y un chandal Adidas para huir deprisa.

Con la conciencia tranquila
con la rabia precisa
miro a todos lados.
Con la conciencia tranquila
aunque la policía
nos esté esperando.

A las tres de la mañana fuera de control
y después en el disparadero.
A las tres de la mañana en tu contestador
nunca paso por un caballero.








viernes, 22 de julio de 2011

Estiércol y hierbuena


Ni las noches atrincheradas en vino,
ni las tardes camufladas en tu cama,
ni el acierto, el error o el desatino,
ni las lágrimas clavadas en la almohada.

Ni los besos, ni tú, ni los golpes bajos
ni el rencor, la memoria y el olvido,
ni el sabor a mermelada de ajo
de las traiciones que depara el destino.

Hoy tengo mezclados en el paladar,
caramelos rellenos de alquitrán,
y en el olfato en lugar de azucenas
un cálido olor  a estiércol y hierbabuena.