viernes, 25 de noviembre de 2011

Engañando al deseo


No te prometo domingos de paseo,
amores infinitos, rosas en febrero,
ni atardeceres en tu ombligo,
ni opositar contra el destino venidero.

Ahogo la esperanza en el agua
turbia de tu florero y riego utopías
estercoladas, en invernaderos
cansados del sol de mediodía.

No prometo pernotar en tus ingles,
ni dedicarte estos versos,
ni ausentarme, ni evadirme,
ni presentarte un te quiero.

Bostezas sobre el escritorio,
empiezas los renglones torcidos,
yo sacudo de polvo el repertorio
y me fumo el tiempo contigo.

Y no prometo seguir fumándome el tiempo,
ni regar utopías, ni camuflar los sueños.
Y no prometo porque prometer es engañar
al deseo.