Sabiendo
que eras la primera,
quimera de
quinientas noches,
tan
princesa, tan bruja, tan embustera,
tan atroz
tormenta de primavera.
Fuimos
pájaros de Portugal
al otro
lado de la nube negra,
tanta
cadena a la libertad,
tanta
mentira que valió la pena.
Y ahora no
permita la virgen,
que busque amor de contrabando,
que dejen
libre de admitirme
en la
universidad de tus labios.
Y cuando
éramos más jóvenes,
y los besos
eran en la frente,
dormíamos
en colchones pobres
besos con
sal en noches urgentes.
Y sabiendo
lo de la magdalena,
te brinde
una canción primero
y me
encadene de tu melena,
buscando en
las rebajas de enero.
Y
aprendimos a no tener abuela,
a tener
doble vida sin dinero,
y a mentir
sin clase y con escuela
y sin
embargo….. te quiero.