lunes, 23 de mayo de 2011

Tenía un precio


La libertad tenía un precio
por el que se paga al contado.
Todos a una
carta de doble filo.

Todos juegan, cobran y pagan,
mientras que no salga
la anteriormente mencionada,
carta de doble filo.

Una vez descubierta
enmudecen los anónimos,
pagan los justos, que son los vencidos
y cobran lo injusto los ganadores.

La libertad era un juego
de taberna blogsera,
y un patio de colegio
de quinceañeras.

La libertad dejó arañazos
en los brazos,
en las almas
de quienes las buscaron,
pero ellos no arañaron…
sus feudos
sus casas.

Sus viejas causas
que libremente
olvidamos inoportunamente.

La libertad tiene un precio
muy caro,
que se fija en tu feudo
y que su valor
es mayor
dentro de tus muros.

Libremente hemos decidido
batallar o jugar olvidando
la realidad en cuestión,
utilizando cartas de doble filo
para que juegue la multitud,
disimulando el fondo el argumento
que es Benalup.

No hay comentarios:

Publicar un comentario