Si tuvieran
corazón los corazones para saber…
Cuántos latidos caben
un suspiro,
cuántas lunas
divisé en tus pupilas,
cuántas ojeras
crepusculares de domingo,
cuántas llaves
abrieron tu casa y la mía.
Cuántos besos
perdidos en mis labios
cuántos pulsos ganados
por la envidia,
cuántas primaveras
marchitas en el armario
cuántos calvarios
por este amor que no se arrodilla.
Si tuvieran
razón las razones para comprender…
Cuántas mañanas a
solas con mi almohada,
cuántas miradas que
reflejan lo que esconden,
cuántos temores
durmieron entre las sábanas,
cuántas despedidas
vividas en las estaciones.
Cuántos años del
brazo de la melancolía,
cuántos orgasmos
malgasté con mis manos,
cuántas naves:
Niña, Pinta y Santa María,
cuántas guerras
civiles en tu cuerpo batallaron.
Si tuvieran alma
los almanaques para medir…
Cuántas Yugoslavias
ajadas en el mundo,
cuántos acordes que
clamaban tu nombre,
cuántas respuestas
con un “no” rotundo,
cuántas mentiras
vestidas de reproches.
Cuántos trashumantes
perdidos en tu falda,
cuántos mañanas
menguantes de luna,
cuántas cicatrices
maquillas en tu cara,
cuánta tinta
malgastada por esta pluma.
Antonio Carbellido
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