Desde el
balcón se oye el rugido del mar,
un coche
que se marcha,
una pareja
en plena discusión matrimonial,
una
conversación entre borrachos.
Viene con
el poniente música del sur,
acordes
distorsionados de una charanga
apuro un
cigarro, último trago de vermut,
silvas una
canción del Último por la espalda.
Acaba el día,
uno más, sentado en la silla,
en la
terraza, donde riegas las macetas,
cae de la
ropa tendida algo de calderilla,
se escuchan
pasos desde la azotea.
Última llamada
al móvil, te dejo en espera,
mientras
saboreo el instante mismo en que
tu nombre
en la pantalla parpadea,
cierro esta
noche de luna menguante
de
primavera.
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