Recorría
con tacones la biblioteca de la facultad,
debía
cursar primero,
maquilladas
hasta las uñas,
en mi
discman aunque tu no lo sepas
en mi mesa
apuntes prestados.
Se movía
como le marcaban sus caderas
era pez en
el agua por el pasillo y la escalera
no se le
daban bien otras materias,
pero con
matrícula debía superarme
en
asignaturas que no se cursan en la escuela.
Bajaba a la
copistería muy a menudo
y se
saltaba las clases por fumar cigarrillos.
Frente al
mar, dibujaba la sombra
de su
delgada y recta espalda sobre la arena,
sentada,
como si el tiempo no corriera.
Aquel día
de marzo de dos mil seis
le escribí
en el margen del cuaderno
algunas
letras con una sobriedad inusual,
hoy las
modifique ebrio de soledad
publicándolas a sabiendas que nunca las leerá.
Me ha encantado!!
ResponderEliminarMe anima a seguir escribiendo.
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