Ahora que
el café sólo, amarga,
que no
suena tu despertador,
que se
pronuncian tus arrugas
en mis días
de contrarreloj.
Ahora, mi
cama anda desierta
del calor
que tus sábanas prenden,
que tus
canas no te envejecen
que no
golpeas a mi puerta.
Ahora, echarte
de menos es rutina,
mis
mejillas no paran tus besos,
se me
ensanchan las pupilas
y es mas largo el invierno.
Ahora, no
te veo desde el zaguán
prepararme
con mesura la cena,
trasteando
en mis cajones
esperándome
por primavera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario