Tu viniste
a sembrar
la
esperanza en el alma,
del que
siempre bebía
noches de
fantasía
eternas
madrugadas.
Te escondías
en mi quimera
Y esperábamos
al alba
supimos vencer
el miedo,
que provocaban
los celos
de tenerte
en la distancia
Y no se si
hubo amor
ya que no
pude hablar
con nuestro
corazón.
Solo sé que
ya no arde
la llama
que nos unía,
se han
convertido en cenizas
Cenizas que
han provocado
un alto en
el camino,
sabiendo
que los sueños
ayer nos
separaron
con distinto
destino.
Y aunque te
marchaste
no te cambié
por nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario