No te
prometo domingos de paseo,
amores
infinitos, rosas en febrero,
ni
atardeceres en tu ombligo,
ni opositar
contra el destino venidero.
Ahogo la
esperanza en el agua
turbia de
tu florero y riego utopías
estercoladas,
en invernaderos
cansados
del sol de mediodía.
No prometo
pernotar en tus ingles,
ni
dedicarte estos versos,
ni
ausentarme, ni evadirme,
ni
presentarte un te quiero.
Bostezas
sobre el escritorio,
empiezas
los renglones torcidos,
yo sacudo
de polvo el repertorio
y me fumo
el tiempo contigo.
Y no
prometo seguir fumándome el tiempo,
ni regar
utopías, ni camuflar los sueños.
Y no
prometo porque prometer es engañar
al deseo.
me encanta, podría leerla mil veces...
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