Este poeta, en recesión espiritual
ha decidido,
enjuagarse la boca
con lava de volcán en erupción
para escupirte ardiendo los versos
que el invierno enfrió,
para prender papeles y octavillas
para quemar recuerdos con saliva
y arrojarlos por el balcón.
Ya esquivé piedras embarradas,
ya huí del miedo y el deseo
ya cambie por ginebra las lágrimas
ya mezcle tu canción con mi guitarra.
Esta cruzada contra la pasión
ha desembocado
en papeles entintados
con cenizas, humo y sudor.
Ya arroje al mar piedras embarradas,
Ya embarque haciendo autostop….