martes, 5 de noviembre de 2013

Hasta luego.



… Si todo lo que he perdío y tó lo que he ganao, se lo debo a la madre que a mi me ha parío, se lo debo a la tierra donde yo he nacío, se lo debo a la gente que estuvo a mi lao, espero no ser nunca un desagradecío. Y si to lo que tengo lo bueno y lo malo, van en el mismo saco de miel y veneno, a mitad del camino vacío mi saco, aparto lo que es malo y me quedo lo bueno….( Juan Carlos Aragón)


Hace ya tiempo que se avecinaba un cambio en el horizonte, se veía venir desde este pequeño rincón, ese cambio ha llegado y ya no hay vuelta atrás. Después de tres años trabajando con estos enanos toca poner un punto y aparte, quizás por cansancio, quizás por desgana, quizás por rutina, quizás por sueldo, quizás por un profundo sentimiento de soledad instalado en el tiempo, quizás porque ya no puedo palear más a la contra, o quizás por una mezcla de todas estas cosas.


En todo este tiempo he ido aprendiendo de mi mismo y de varios compañeros las formas correctas y las menos apropiadas para desenvolverse en este mundo, a día de hoy no me queda más que aprender aquí. Cualquier experiencia tanto negativa como positiva sirve para, en el futuro, repetirlas o no. Yo he aprendido a cómo no hacerlo, pero me quedo con lo mejor y lo mejor es haber trabajado día a día por ellos, para ellos y para que se desenvuelvan mejor en su “medio”.


Es este medio el que no se puede cambiar, seguiré en otro lugar peleando por lo mismo porque siempre perseguí utopías y siempre tuve la ilusión  de atender al desfavorecido, al menos capaz, al que no es consciente de su realidad, al discapacitado. Siempre quise cambiar sus realidades para transformarlas en sueños alcanzables. Cuando los míos aquí se desvanecen prefiero parar, pensar, retomar el vuelo y cómo nunca uno se va del todo, digo HASTA LUEGO.