jueves, 31 de marzo de 2011

Dejarse llevar,dejarse caer


Avanzó al precipicio guiado por un radiante sol que provocó una ceguera que duraría mas de un lustro, se dejo caer sin paracaídas y dio de bruces contra el suelo, perdió la respiración y cuando la recuperó ya estaba en el hospital, magullado por los golpes que le produjo la caída, desorientado. Cuando abrió los ojos vio a su alrededor toda una sala repleta de familiares y amigos, y también estaba ella.

Unos años atrás ella había sido sus manos y sus pies, andaban con paso firme aunque a veces perdieran el equilibrio y juntos superaban cualquier obstáculo por mas dificultoso que fuese. Habían compartido las latas de conservas, el cepillo de dientes, la misma mesa día tras día, el monedero, las tarjetas de crédito, la música, el cine, los libros y por supuesto también la cama.

Sus vidas empezaron a separarse en la calle, era un amor fuerte dentro de cuatro paredes pero desorbitadamente frágil a la vista de cualquier transeúnte. Como en todas las vidas en pareja, la suya también tuvo historias de celos, de desencuentros y encuentros inesperados, de recuerdos de amores pasados que no hubieron de llegar pero llegaron y que desencadenaron grandes retrocesos en ese lento avance hacia la felicidad.

Hubo quienes no apostaron ni un céntimo  por su aventura pero también hubo quien apostó su vida. Ellos mismos apostaban por lo eterno cada vez hacían el amor en cualquier rincón del pequeño apartamento, pero una vez fuera de esas cuatro paredes todo eran sombras, dudas e incertidumbre. Todo ese malestar que se presentaba cada vez que hablaban de planes futuros acabó por hundirlos en la decepción que supone abandonar el proyecto de sus vidas.

El hoy, después de recibir el alta medica sigue guiado por la luz sol, aunque para que no le moleste se ha comprado unas gafas que le ayudan a mirarlo sin precipitarse por el acantilado que tanta daño le causó. Ella espera que llamen a la puerta cualquiera que le regale un ápice de aquella pasión que le regaló aquel que se dejo caer por el precipicio.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Restos mortales


Ahora que los barcos atracan en bahía gaditana,
que tus amaneceres purgan mis restos mortales,
ahora que la rima cabalga sobre una madrugada
de sirenas, tabaco, ambulancias y hospitales.

Ahora que nos subimos a los trenes con mapas de Granada,
que los charcos palpitan con la lluvia,
ahora que el farol falleció tras la pedrada
del ladrón que refugió en las tinieblas su furia. 

Ahora que la vuelta al mundo entre cuatro paredes
se hace bordeando tu cintura,
ahora que los tinteros lloran en mis papeles
canciones de despedida que agonizan en la basura.

Ahora que la brisa es la fragancia
que a tu paso has dejado,
que otros labios a los tuyos
sólo me recetan besos anestesiados…

incendiemos la calle, fundemos una religión,
cometamos un crimen a mano armada:
-Mientras yo asesino la pasión
en acequias de negros pétalos,
tú, por la espalda, me desvalijas el corazón.

A medias; Antonio Carbellido y Ángel Bancalero 


sábado, 26 de marzo de 2011

Persiguiendo sombras


Pongamos que en este escaparate
de traiciones y engaños
vienen a comprarte,
por tu irresistible precio
bobos de babia en jaque

y resucitan ladrones de besos,
como tú como yo, como nadie
llegando a rondar
tras el vuelo de tu falda
los necios que quieren llevarte,

al cementerio de los sueños
donde yacen los nuestros,
y quieren trasladarte
del infierno al cielo,
enseñándote el mundo en yate

y sirviendo a las damas
en su cristalera manchada
de vino y de sangre
creen haber deshecho la silueta
de la sombra que me persigue
y en mi vaivén dejaste.  

jueves, 24 de marzo de 2011

Miss erasmus


Recorría con tacones la biblioteca de la facultad,
debía cursar primero,
maquilladas hasta las uñas,
en mi discman aunque tu no lo sepas
en mi mesa apuntes prestados.

Se movía como le marcaban sus caderas
era pez en el agua por el pasillo y la escalera
no se le daban bien otras  materias,
pero con matrícula debía superarme
en asignaturas que no se cursan en la escuela.

Bajaba a la copistería  muy a menudo
y se saltaba las clases por fumar cigarrillos.
Frente al mar, dibujaba  la sombra
de su delgada y recta espalda sobre la arena,
sentada, como si el tiempo no corriera.

Aquel día de marzo de dos mil seis
le escribí en el margen del cuaderno
algunas letras con una sobriedad inusual,
hoy las modifique ebrio de soledad
publicándolas a sabiendas que nunca las leerá.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Hay hombres. Pasodoble chirigota Vivimos del cuento. Año 2005


Hay hombres que presumen de ser señores
de ser un padre con elegancia,
hombres que comentan sus frustraciones,
hombres que hablan, hombres que callan.

Existen otros hombres que desconocen
lo que a sus hijos les pueda pasar.
Hombres que le robaron a sus quereres
el corazón para otras mujeres
y luego se refugian en el bar.

Hombres que abandonaron
a sus amigos, a sus familias sin compasión.

Hombres que maltrataron
hombres farsantes hombres sin nombre y sin perdón.

Hombres que solo graban a traición
las manos en la cara de su amor.

Y si yo fuera un hijo de ese hombre
Le rogaria  sin temor.
Vallase le espera el infierno,
Allí ira usted viendo, lo que he visto yo.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Mi república.....



Mi república habita en tu trasero,
mis pupilas persiguen
las trazas de tus vaqueros.

"Miss parienta" es una pagina en blanco,
virgen sin margen
la manchan profetas bastardos.

Mi trabajo no trata asuntos banales,
me llevó por atajos
que me dejaron sin carnavales.

Mi casa fue una posada sin llaves,
donde cada esquina
merienda recuerdos inmortales.

Mi trastero se sacude el polvo,
con un trapo de versos
bordados a bote pronto.


martes, 15 de marzo de 2011

Dobles vidas


Las dobles vidas que he llevado
desembocan en tu escote.
Haciendo piruetas cuesta abajo
llegan envueltos en un capote
versos heridos por el estoque
de un torero retirado.

No pongas la otra mejilla
más que por un beso.
No le cobres el IVA a tu soledad.
Si  alguien arropa  tus huesos
será en la penumbra, pesadilla
desnuda en el decrépito sofá.

De la mesa de noche


Báilame el agua
déjame tirado en la estación,
hazme una llamada
que devuelva la ilusión
como risa pasajera,
postrada en la mesita
de mi habitación.